Una noche soñé que era Pablo Neruda
Estaba en la playa
y oí en mi corazón segundos rojos,
vi en el cuarzo una suma de erizos y tormentas,
vi en la gaviota un cruce del vértigo y la nieve.
Todo era tan real.

Un clavel era el ojo de quien mira un incendio.
La escarcha era una lluvia de cúpulas deshechas.
Los destellos de oro,
avispas que volaban en torno a su panal.

Yo fui Pablo Neruda,
compré diamantes en las fruterías,
domaba diccionarios con un látigo verde
y cavé un túnel que iba del pan a las banderas.

Tú venías a mí
como septiembre acude a las manzanas.

Cuando me desperté,
la sombra de los árboles
le ponía a la luz negras herraduras.

Cuando me desperté
no quedaban ni viento ni banderas
y te había perdido.

A veces es tan triste no ser Pablo Neruda
y que la noche sea nada más que noche
y el día, sólo el día.

Benjamín Prado, Marea Humana



6 comentarios:

Ana dijo...

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Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dani cobra dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ana dijo...

¡¡¡arriba el oso yogui!!!

Anónimo dijo...

Ok, la próxima vez si intentas escribirlo o describirlo mejor no habrá malentendidos. Saluditos

Trapi dijo...

Grande Benjamín Prado!! M

Me gusta tu blog.

Un saludo!

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