Me voy, Ana. Me voy contigo. Llevo tiempo aquí dentro haciéndote aspavientos, sé que me has visto, que te intimido, te gusto, que quieres que ya nos vayamos y que no sepamos si volver. Que marquemos a "sólo ida" y nos de igual, no nos de miedo, no nos de nada más que gusto. Me voy a ir y te advierto de que luego te voy a dejar, ni pienses que esto es para siempre. Pocas cosas son para siempre, y lo muy muy bueno, menos. Pero sí para una temporada larga. Lo vas a abandonar todo por un tiempo incierto, aunque al principio te empeñes en negarlo. Te voy avisando que soy soez, ronco y despiadado, y que conmigo vas a probar las mejores cervezas de Dublín. Que se nos va a ir la olla. Y pasar el arroz, y quemar las tostadas, el café, y hasta los niños. Me vas a llorar la hostia. No acabarás nunca de ser realista, ni dejarás de ser efusiva, ni sensible, ni gilipollas, ni hiperempática. O sí. Yo qué coño sé. Ni siquiera te conozco. Pero pronto nos vamos a conocer. Y vas a fliparlo.
4 comentarios:
aahhh! me encanta este blog!!
buff me encanta Ana cuanta razón tienes, Carpe Diem!!!
Un beso.
Me encanta. Me encanta.
virgen del Carmen, VIRGEN DEL CARMEN, mira que me gustan a mí los hijoputas de este calibre, son los mejores, oro en paño.
Gracias por pasar, qué descubrimiento que eres.
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